lunes, 11 de mayo de 2020

Crepúsculo





Que la vida no te deja salir de tu vida
donde eres poco más que odiada,
donde no puedes salir de noche
al doloroso color de madrugada.
Sientes el calor de la mañana
picando toda el ansia en tus cabellos,
gritando voz en cuello tu alegría
con la luz de zafiros y margaritas.
Es el sol que rompe tus cadenas,
que da vida a tus basales impulsos de niña,
la sonrisa estalla y carcajadas a raudales
como obscenas palabras de miel.
El sonido recorre la floresta
donde despiertas hasta mínimo demonio,
donde el espejo gira para verte.
Pero con la tarde muriendo
dejas la tierra volver a ser polvo
bajas tus brazos con tus párpados derrotados,
regresas a tu eterna noche de féretro enterrado.




México, D.F., 2014 
(crédito de imágen: Edgar Clement, Operación Bolívar)