domingo, 5 de diciembre de 2021

Día de Reyes

 


Despertó temprano y corrió al arbolito de Navidad para ver sus zapatos pequeñitos y qué era lo que los Reyes Magos le habían traído ese año.

Un enorme oso de peluche le esperaba impaciente junto a sus zapatos, esperando que la niña llegara para tener alguien a quien proteger. El oso le mostró la carta que le acompañaba y ella le dijo que aún no sabía leer. El oso, pacientemente leyó la carta, explicando que ese peluche que recibía como regalo en gratitud por su benévola conducta, le proporcionaría horas de mutua diversión y apoyo incondicional en sus momentos más tristes y temerosos. Y era firmada por los tres Reyes Magos.

Abrazó fuertemente a su oso de peluche, que empezó a querer como a un entrañable amigo desde ese mismo momento, pero no podía detenerse ahora, tenía que abrir los demás regalos. Ahí estaba una pelota, amarilla y grandota, reluciente su plástico nuevo y ese olor a goma. Rió con todas sus fuerzas la chiquilla y tomó la pelota haciéndola rebotar por toda la habitación, corrió tras ella y tiró muebles y papeles en su loca correría. La pelota rebotó y rebotó hasta que ella decidió tomar un respiro y recordó sus demás regalos. La pelota descansó hasta que la niña corrió a sus zapatos.

Una muñeca la esperaba con la promesa de horas de diversión y un incipiente instinto maternal, que viéndolo en retrospectiva, se había iniciado con el oso de peluche, el cual, ya gastado, las observaba desde una esquina desarrollar esa nueva relación niña-muñeca. Le enterneció.

Pero la muñeca también tuvo un descanso después de un momento de ávida devoción, mientras la niña corría abajo del árbol y observó el otro regalo. Primero tardó en comprender, pero después se dio cuenta de que ése era su regalo: los Reyes se habían llevado sus zapatos gastados y viejos y le habían dejado unos nuevos y más bonitos. Ella se decepcionó un poco, pero después de probárselos y caminar con ellos, se sintió mejor. Los zapatos viejos y sucios ya no iban con ella; en cambio esos zapatos nuevos, limpios y con esos listones de un azul cobalto que cruzaban desde el talón hasta la punta que se veían más vivos con el sol de mañana, la hacían sentirse mejor, más bonita. Disfrutaría esos zapatos… o por lo menos lo hizo hasta que vio otro regalo.

Un juego completo de ligas y donitas para peinarse. Eran multicolores y de diferentes formas y tamaños. Algunos tenían caras de personajes de caricaturas, otros de animalitos, y otros más de flores o estrellitas. Era muchos, demasiados talvez. Quizá no llegaría a usar todos en un año si usaba uno diferente cada día. Quizá sí, pero en lo que era peras o manzanas, comenzó a peinarse y a usar un juego en el que venía un conejito. Entretenida en esa tarea, vio otro regalo. Era un libro. Pero no era un libro como los que le compraban sus padres. Éste tenía menos dibujos y más letras, hasta parecía aburrido por tantas letras y con tantas hojas. Pero tenía que averiguarlo. Abrió en la primer página frente a la potente luz del mediodía y desde que comenzó la lectura, la historia del libro la sumergió en aventuras fantásticas donde el capitán de un submarino peleaba contra un enorme calamar, donde un náufrago pasaba muchísimos años en una isla casi desierta en compañía de un aborigen con el nombre de un día de la semana, donde había peleas de piratas y también retratos viejos y demacrados de personas jóvenes y hermosas, donde había cuantiosos tesoros en islas y donde había ballenas endemoniadas que trastornaban la mente del capitán del barco. Y ella hubiera seguido dentro de esas historias si no hubiera visto los demás regalos.

Una falda larga y hermosa, llena de vida primaveral, tal y como era ella. Tan alegre y vivaracha. Sería la sensación, todas envidiarían esa falda tan bella. Se probó la falda y le pareció divina. ¿Pero con qué la usaría? Claro, ahí estaba otro regalo. Unas preciosas zapatillas de tacón. Ella jamás había usado tacón alto y parecía que ese era el momento de aprender. Los calzó rápidamente y comenzó a caminar. Tambaleante primero, falseando y torciéndose los tobillos, pero pronto tomó práctica y en unos minutos camina con soltura y seguridad, y más adelante hasta con coquetería y sensualidad.

Las zapatillas eran como una extensión de su cuerpo, para cuando corrió a ver los demás regalos, que consistía en un juego de polvos en estuchitos. Ya los conocía, su madre tenía algunos y por cierto que a veces le prestaba uno que otro. Pero ahora, ella tendría el suyo propio, no más de depender de los de su mamá.

Le siguieron algunas joyas, faldas cada vez más cortas, una fragancia de un suave aroma y hasta un libro de cocina. Muchísimas recetas tenía ese libro. Desde platos fuertes hasta postres. Desde sopas hasta galletas. Desde entremeses hasta pastas. Sería algo interesante, tal vez y aprendiese a cocinar pronto. Tal vez.

Los regalos se veían diferentes conforme caía la tarde. Ahora tenía una sonaja, una pequeña cobijita, unos zapatitos, etc. A veces eran blusas que la hacían verse más bella, más radiante, o un par de aretes que resaltaban esa fragancia femenina que siempre había destilado por los poros. Y otras veces un cuadro de alguna ciudad lejana, o una fotografía un poco descolorida que le recordaba otros tiempos.

Se sintió lejana y un poco desconcertada cuando abrió un regalo que contenía un chal de serios colores, pero eso sí, muy calientito. Se sintió a gusto con él y decidió que le iría perfecto ese regalo. Sin embargo, el desconcierto siguió. Cada vez le emocionaban menos los regalos y más se sentía satisfecha. También recordaba más los primeros regalos que los últimos. Recordaba casi perfectamente el oso de peluche, que ahora estaría sepultado debajo de tanto regalo, pero no lograba recordar cuál era el último que había abierto. Dejó de darle importancia a eso y recordó que tenía algunos otros regalos. Fotos grises, pequeños poemas y algunos papeles amarillos que, ya de noche y a la luz de la tenue luz de una bombilla eléctrica, era difícil ver.

Ya estaba cansada. Decidió irse a dormir, había sido muy ajetreado y excitante abrir todos esos regalos, pero ahora ya era tiempo de ir a la cama. Despacio se levantó y echó una última mirada. Le faltaba un regalo. Sonrió y pensó en regresar, pero se decidió por no hacerlo, ya que requería mucho esfuerzo y ahora sólo quería descansar.

Tomó su bastón, que por cierto había sido uno de sus regalos, y caminó lentamente a su cuarto. Mañana abriría ese último regalo. Mañana, descansada y con más fuerza. Mañana, que siempre hay uno.


6 de Enero de 2004.

Colima, Col.


miércoles, 1 de diciembre de 2021

Perhaps a noise

 


La máquina puede ser cualquier cosa, desde la policía de Los Ángeles, que pueden sacar a la gente de sus coches, golpearlos fuertemente y salirse con la suya; la maquinaria del estado capitalista que trata de hacerte un "lavado de cerebro" para que te comportes de forma estúpida y nunca te enfrentes al sistema y solamente pienses en esperar el fin de semana para tener otro six pack de cerveza.

Thomas Baptiste Morello

lunes, 22 de noviembre de 2021

lunes, 1 de noviembre de 2021

Like a friend


¿Qué quieres que te diga?
¿Quieres que te diga que puedo hacer y deshacer?
¿Quieres que te diga que bajo las estrellas hasta la puerta de tu casa para ofrecértelas como un regalo de dioses poderosos?
¿Quieres que te hable como un poeta en una noche de luna llena, sentado sobre la lápida de una amante perdida?
¿Quieres que sea el marinero que soporte los dos millones de gotas que el océano arroja con fuerza a mi barco para hacerlo naufragar?
¿Quieres que sea el exiliado que vaga por la faz de la Tierra y vuelva sólo para verte sonreír a mi regreso?
¿Quieres que te hable como un enamorado y te prometa cientos de cosas imposibles para mí, y que sabes que jamás cumpliré?
¿Quieres que te mienta?
¿Quieres saber la dolorosa verdad o vivir esta maravillosa fantasía?
¿Quieres seguir en este juego tan peligroso en el que ya tantas curvas hemos atravesado saliendo ilesos y con el pensamiento incierto en la siguiente curva, pensando si esa sí será nuestra curva?
¿Quieres seguir sufriendo estos altibajos que se sienten como crecen en el vientre y explotan cuando vas en caída libre?
¿Quieres verme morir dentro de ti?
¿Quieres morir estando entre mis dedos tan llenos de suciedad?
¿Quieres proseguir con algo que sabes no podremos parar, como el tren de medianoche camino a Moscú en la estepa más fría y turbulenta del mundo?
¿Quieres saber lo que es estar a dos centímetro de la enorme campana de bronce?
¿Quieres que te mojen los dos millones de gotas de agua de mar con Neptuno enfurecido?
¿Quieres darle la vuelta al mundo con tu letrero de exilio sobre la frente que creerás llevar con orgullo?
¿Quieres sentir el picor del poder sobre tus brazos?
¿Quieres que te diga que te amo?
¿Quieres saber la verdad realmente?




1 de Enero de 2001.
Colima, Col.


martes, 12 de octubre de 2021

Binomio

Ya no me crees cuando digo que eres única.
No crees cuando te beso cada rincón.
¿Es que soy falso?
¿No quieres creerme?

¿Por qué la distancia es cada vez mayor?
¿Por qué este hielo entre nosotros
no se derrite ante el contacto de nuestro cuerpos, cómo antaño solía ser?
¿Por qué el fuego de nuestros cuerpos no se aviva con miradas a través de nuestros sentimientos?

¿Es que el viento no sopla para todos?
¿Es que este eclipse nos está matando, como la indiferencia y el olvido?
¿Pues no éramos el uno para el otro?
¿No éramos acaso el binomio perfecto?
¿Y la dualidad del universo?

Tu luz, mi obscuridad;
tu sonido, mi silencio;
tu alegría, mi tristeza;
tu compañía, mi soledad.
Como ondas alternas, colapsamos, neutralizamos, nulificamos.

No somos aquel globo que vuela hacia la atmósfera.
Ni siquiera un barco que no tocará puerto otra vez.
Tampoco la gota perfecta que desaparecerá en la inmensidad del mar.




20 de Diciembre de 1999.
México, D.F.

jueves, 9 de septiembre de 2021

borrador seis


La imaginación fue de un tono anaranjado, pero anaranjado tenue, anaranjado pastel, un anaranjado suave, invitante.

No ese anaranjado chillante, agresivo. Violento a los ojos

Fue tal vez con mis 37 grados, no sé, tal vez con tus 215 grados. Todo eso fue inevitable, fue espontáneo, simplemente sucedió, y desde un punto lejano en el horizonte se dio como algo creativo, algo funcional, algo bueno.

La mezcla se dio por a sí decirlo… pero se dio lenta, fraguante, poco a poco, una emulsión que va desprendiendo partículas para mezclarse con otras con la sensación de que saben que nunca se juntarán. Son ríos y son mares, son aguas frías, son aguas tibias. De ahí fluye por la montaña esa pendiente que tiene, con la fuerza que agarra el agua, pero es curioso porque esa agua fue río arriba, no tomó la clásica gravedad, no es de es agua.



4 de noviembre 2013
Soledad Salinas, Oaxaca

lunes, 7 de junio de 2021

Perhaps a noise...


 
Es más fuerte, si es vieja la verde encina; más bello el sol parece cuando declina; y esto se infiere porque ama uno la vida cuando se muere.

María Rosalía Rita de Castro

domingo, 16 de mayo de 2021

borrador cinco

 - La vida en sintonía -pensó Julio, en voz alta, pero sin pensarlo realmente. Solo iba acomodando palabras
por diversión y tartando de que significaran algo interesante. El viaje ahora le parecía eterno y larguísimo, al contrario de los primeros kilómetros que sentía que los devoraba sin contemplaciones. Y el autobus estaba amplio pero su insomnio respondía a otras incomodidades, avispas haciendo su panal en cada rincón de sus neuronas y orugas depositadas enb su pecho metaformoseándose en pequeños renacuajos sanguinolentos y boqueantes, destinados a perecer.

- El efecto doppler del sentimiento, el efecto doppler del enamoramiento. 

Las estrellas se veían prácticamente igual por la ventana que cuando comenzó el viaje hace 200 kilómetros. Haciendo constelaciones en el vidrio de la ventana con el dedo y el vaho de su aliento, mientras piensa que no debería estar huyendo de esa forma, que no es bueno quemar las naves, que no podía dejar todo atrás, que ni siquiera sabía a dónde iba allegar, y lo que es peor, no hacía nada para dar media vuelta. ¿Estaba huyendo de algo?

10 de Junio 2012

Mitla, Oaxaca

domingo, 14 de marzo de 2021

borrador cuatro


Con dos millones de luciérnagas convertidas en una tormenta eléctrica y aplastando moléculas de oxígeno con las descargas eléctricas sobre las rocas, Sarmos nació.

Emergió de entre los hongos putrefactos que crecían a un costado de un árbol viejo. Emergió como los poderosos, desnudo y con esa mirada profunda de tiempos futuros.

Devorando todo a su paso vivió los siguientes 16 días. Destruyendo montañas enormes, arrancando ancestrales árboles desde su raíz y masticando ciervos con sus dientes de mármol pulido por lustros de viento y lluvia.



1 de Octubre de 2011

Mitla, Oaxaca

miércoles, 3 de febrero de 2021