Con dos millones de luciérnagas convertidas en una tormenta eléctrica y aplastando moléculas de oxígeno con las descargas eléctricas sobre las rocas, Sarmos nació.
Emergió de entre los hongos putrefactos que crecían a un costado de un árbol viejo. Emergió como los poderosos, desnudo y con esa mirada profunda de tiempos futuros.
Devorando todo a su paso vivió los siguientes 16 días. Destruyendo montañas enormes, arrancando ancestrales árboles desde su raíz y masticando ciervos con sus dientes de mármol pulido por lustros de viento y lluvia.
1 de Octubre de 2011
Mitla, Oaxaca