miércoles, 13 de abril de 2022

A fuego vivo

Con un fósforo encendió la vela. Ésta iluminó pobremente la habitación en que se encontraba. Muchas sombras, muchos recuerdos en aquel lugar. Vació un poco de la botella de whisky en un vaso con hielos diáfanos que había traído desde la cocina. Se arrellanó en su asiento favorito, junto a la vela encendida.

Jamás el alcohol pudo sus recuerdos borrar.
Bebió despacio de su vaso con hielos
empero, en su asiento, con la llama brillante
memorias volvían al whisky pasar.

Mariana, su dama. ¡Oh, tristes lamentos!
Recuerdos malditos, recuerdos inciertos.

Con odio a la muerte, jugó el fin de su vida.
Fatal destino, la muerte enojada
descubrió las trampas de su enemigo
y tomó, en venganza,
la vida de su amada.

Grotescas las sombras,
que la llama hacía
cubrían la botella
que vacía yacía.

Trastabillando en la alfombra,
y en turno, el ron seguía
para olvidar memorias
que jamás se irían.
Pero ya sin energía
cayó inconsciente, junto a la sombra
que de la llama reía.

Llama asesina,
llama mortal,
que ahogado en alcohol,
el cuerpo quieres matar.

Bailando en la mesa,
viajando al sillón,
quemando y luchando,
por llegar al charco de ron.

Muerte maldita,
muerte traicionera 
que, brillante, te ocultas
en la llama de la vela.

Las cuentas que el tiempo 
dejó pasar
regresan corriendo
y en sangre a cobrar.

Y ya en su muerte
con su amada a encontrar
rogándole al cielo
que, mujer siendo
con otra alma
no abandone el lugar.

31 de Marzo, 1998.
Colima, Col.

No hay comentarios.: