domingo, 9 de noviembre de 2008

Una pequeña historia



Fue cuando estaba parado en alguna calle del centro. Ahí sucedió. Curiosamente esa calle estaba a oscuras. Iba caminando tranquilamente, estaba a punto de encender un cigarro. Me detuve a encenderlo y justo cuando la llama tocó el papel del cigarrillo, vi como se tornaba negro. Como se consumía. Y después, el humo. Cubrió mi cara y la alcé para evitar que ese humo me entrara en los ojos. Entonces sucedió.
Pude observar todas las estrellas. Todas y cada una de ellas. Y viendo el infinito, la totalidad del universo, esa grandeza… Me quedé ahí parado, como un loco, en esa banqueta, con gente pasando, con los autos echándome las altas. Estaba yo extasiado con la vista al cielo, sin parpadear, viendo las estrellas como hablaban, como platicaban sus historias. Y encontré algo que no andaba buscando. Ahí estaba, frente a mis ojos. Algo que quise en muchos años y jamás lo encontré. Y cuando menos lo espero, cuando no estaba pensando en eso, ahí aparece. Sonreí.
Sonreí hasta llenarme la boca. Miré mi cigarro y ya se había consumido. Tiré la colilla y comencé a caminar. Crucé una calle, dos calles, varias calles, varias avenidas. Caminé años y seguía sonriendo. Sonreía con mi soledad.

2 de Junio de 2002
Colima, Col.

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