miércoles, 10 de diciembre de 2008

2K


—Este planeta se está llendo al carajo.
—¿Se está yendo al carajo? ¿Por qué? —se extrañó Carlos ante el comentario tan incongruente a mitad del túnel que unía Universidad con Copilco.
—¿Cómo por qué? Todo en un principio estaba muy bien, hasta que apareció el hombre. Y hasta eso, el hombre comenzó muy bien, pero después fue degradando en lo que es ahora. Los grandes filósofos chinos, los griegos y sus conocimientos básicos, que después seguirían rigiendo al mundo, el año cero, la gran Roma, sus conflictos, la Edad Media, epidemias, la Edad Media, fe ciega en la religión, más Edad Media, imprenta, los grandes viajeros, los grandes descubrimientos, las terribles luchas de colonización y colonialismo, 13 de agosto de 1521, el renacimiento, los grandes pintores, los grandes pensadores, Leonardo de Vinci, piratas, expansiones territoriales, guerras civiles, retos geográficos, guerras de independencia, la ciencia comienza a abrir los ojos tras el oscurantismo, más guerras civiles y de independencia, socialismo, capitalismo, monarquías, desarrollo tecnológico, revolución industrial, TNT, disputas por fronteras, fábricas en serie, máquinas de vapor, fabricación de automóviles en altas cantidades, explosión demográfica, guerra mundial, avance en las comunicaciones, aviones, barcos, cables, bulbos, avance tecnológico a gran escala, dirigibles, Hindenburg, sobrepoblación, otra guerra mundial, inicio de la era atómica, guerra fría, contaminación, lucha por el poderío económico y tecnológico, transistores, el Che entra a La Habana, hombres en el espacio, satélites, huellas terrestres sobre la superficie de nuestro astro hermano, The Beatles, Coca Cola, revueltas estudiantiles, México 68, rock ‘n’ roll, Cassius Clay, Black Power, Vietnam, luchas por religión, por territorio, por dinero, drogas al por mayor, psicodelia, LSD, peace and love, marihuana, kilómetros y kilómetros de carreteras, contracultura, envenenas tu cuerpo con sustancias legales, destrucción de bosques y selvas para aumentar la mancha urbana, microcircuitos, inversión térmica, pop, energía atómica, condones, dinero de plástico, Comunidad de Estados Independientes, Biosfera II, síndrome de inmunodeficiencia adquirida, concepción in vitro, el sexo puede matar, la era del sílice, computación, código binario, Internet, vida virtual, jitomates en el espacio, niños con armas automáticas, vacas locas, armas bacteriológicas, bases espaciales, diez líneas del metro, euros, clonación… ¿Te parece suficiente o quieres que siga con la lista?
—No, ya entendí. Pero eso se sabe desde antes de que tú nacieras. ¿Por qué te preocupas hasta ahora?
—Porque sólo falta la gota que derrame el vaso, el reloj ya está a punto de juntar sus manecillas, el último grano de arena caerá. Te queda menos de un año para hacer tu testamento, que obviamente, nadie heredará. 2000, MM, 2K, two thousand… como le quieras llamar.
—¿Tú también eres de esos alarmistas que creen que el mundo se va a acabar el año dos mil? Yo creí que eras más centrado, más realista, más creativo. No sé, me decepcionas —mencionó Carlos al ver los letreros en el andén que decían División del Norte. Ellos aún no bajaban del metro y varias personas a su alrededor los miraban de soslayo. Jamás le ponía atención a su amigo cuando viajaban en metro. Solía divagar mentalmente, con la vista fija en algún anuncio de escuela técnica, o en las palancas de emergencia. Hubo una vez en que, excitadísimo, descubrió un medidor que medía la presión del cilindro de freno, y cada vez que se acercaban a una estación, observaba como el medidor subía, y al frenar por completo, bajaba. Carlos tuvo que soportar a su amigo varios días con aquella visión del metro.
—No es alarmismo. Esto es real. Dime que falta por hacer. Algo por lo que el mundo deba esperar. ¿Eh? Nada. Ya no hay nada que descubrir, nada por inventar, nada que destruir. Ya todo está hecho. Ya sobramos aquí, y como llegamos, desapareceremos. Terminaremos destruyéndonos con nuestras propias manos. Un germen indestructible, una fisión incontrolable, una tala a escala mundial, CFC’s y aerosoles, desperdicios radioactivos, un loco con el dedo en el botón, escasez de alimentos, venenos enlatados, violencia ínter, intra y extrarracial, periodismo amarillista, Pentium…
—Hey, aquí bajamos, ¿no? —y Carlos agradece que ya llegaron a la estación en la que deben bajar. Nadan contra corriente en una marea humana y después sólo se dejan llevar por la suave ola humana que los guiará a la salida.Carlos entrecierra los ojos al salir a la superficie y dar de lleno con el sol de la tarde.
—Ya ves, pasamos más tiempo bajo tierra que comiendo. Lombrices naranjas corriendo bajo nuestros pies, llevando en su vientre miles de personas en una estúpida procesión: de su casa al trabajo, y viceversa. Repetido infinidad de veces. Dime, ¿realmente crees que no se va acabar el mundo en el año dos mil, en el año que entra? 23:59 horas del 31 de Diciembre de 1999.
—¿Quieres un cigarro? —pregunta Carlos a su amigo, para ver si con algo entre los labios puede mantenerlos cerrados un poco más de tiempo, y dejarlo de molestar en ese día que casi no hay gente en las calles y poca contaminación en la ciudad.


Febrero de 1999.
México, D.F.

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