miércoles, 10 de junio de 2009

Unañomás



Hoy se cumple un año de que este blog está en el aire. Y aunque no es mi costumbre escribir de esta forma, hoy es una ocasión especial.
Quiero agradecer a todos los lectores por darse sus escapadas para venir a leer un cuento, aún cuando seguramente tienen muchas cosas que hacer en esas otras ventanas de su computadora. Espero que este año se lo hayan pasado divertido y con los ojos rojos por leer en pantalla los cuentos que escribo. También agradezco sus comentarios y opiniones que han dejado vertidas aquí.
Algunas veces me decían que mis cuentos no tenían final, que qué pasaba en tal o cual lugar. Nunca pude responder muy bien como quería y hasta yo terminaba haciéndome bolas. Así que comprenderé si mis cuentos les causan conflictos emocionales, de índole
 intelectual o, en su caso, ortográficos. Que seguro en más de uno de ellos se podrá leer entre líneas que yo ya tengo bastantes. Pero disfruto de escribirlos y espero que ustedes de leerlos.
Ahora que ya tiene un año de crecidito este blog, me gustaría hacer unos cambios. Aún no se muy bien cuales pero espero que las ideas me lleguen pronto. Por su pollo, se aceptan comentarios, consejos, ideas y hasta invitaciones a un bar para discutir el futuro inmediato del blog y las opciones que se presentan actualmente. Por lo pronto, es muy posible que cambie los colorcitos y la onda esa minimalista que tiene. Me gusta lo sencillo pero vamos a ver si hay otras cosas que hacerle al lugar para que quede como que más interesante. Así como está hasta se me hace demasiado sencillo. Como que veo a Cleo medio aburrida.
Es posible que también comience a escribirles más. No solo postear los cuentos y ya. Una que otra respuesta en los comentarios y listo. Digo, está chido pero a quién le gusta que el monito de la tienda esté desaparecido cuando quieres preguntarle el precio de un pantalón y ni etiqueta tiene. Aunque tampoco es para que el monito esté ahí todo el tiempo, nomás sintiendo su mirada sobre tu hombro y casi casi su respiración en tu nuca, dispuesto a ayudarte en cuanto levantes los ojos. Esperemos que esto no suceda en esta situación. ¿Plantas? ¿Les gustan las plantas? Podríamos poner alguna maceta por aquí, o un cactus allá, en el rincón, donde luego a uno se le olvidan las cosas y por no regarla un buen rato, pues no moriría de olvido y deshidratación. Cobayos ya tenemos. No pidan.
Quiero hacer mención que los dibujos aquí expuestos son de una novela gráfica, Operación Bolívar. Para que no piensen que trato de adjudicármelos. Cuestiones legales, saben.
Sin más por el momento qué agregar, pues me despido. No sin antes hacerles una atenta invitación a que se echen un trago por este primer año de su servilleta posteándoles cuentos semana a semana. ¡A mi salud!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, me gustaron las etiquetas y mas la última, la del chínguere. Saludos