No tenemos el binomio que creímos,
no somos la supernova en el espacio.
Los Dioses han muerto
y dejamos que los mortales tomen el poder.
Hemos quedado sin sentimientos
y putrefactos con nuestras mentes.
No es deber el estar aquí
pero todo me ata a estas tierras.
Tierras que no tocan mis pies,
y vientos que ya no golpean mi cara.
¿Qué pido yo ahora?
Jamás he pedido nada que no crea merecer,
pero mi crédito se acabó
y no tengo moneda con qué pagar.
Se me acabaron las ideas,
se me acabó la esperanza.
Estoy vacío de sentidos
y no hay poder que me llore.
No hay sentidos que me abriguen,
ni manos que me protejan.
No hay hilo del cual sostenerme
y cayendo al vacío
vivo esta vida sin tí.
4 de Enero de 2003.
Colima, Col.
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